Cuando inicié mi primer blog, "La Casita de Betania", tenía la idea de compartir mis pensamientos y reflexiones sobre mi travesía espiritual. Sin embargo, las musas han regresado a mí para darme inspiración de escribir en otros temas relacionados con mi entorno actual de trabajo, enfocado al avance y promoción de los derechos de las mujeres.
Por eso, decidí abrir un nuevo blog, llamado "La Igualada" para compartir en el mismo sobre aquellos temas que estamos posicionando en la busqueda de igualdad de oportunidades para las mujeres como una forma de lograr el pleno ejercicio de sus derechos.
Espero les aporte al conocimiento del tema.

martes, 31 de mayo de 2011

Ponerse los lentes de género

Siempre recuerdo una expresión de la querida Denise Paiewonsky, siendo mi profesora en la asignatura Análisis de Género, de la Maestría de Género y Desarrollo del INTEC. "Esta asignatura, decía, es como ponerse los lentes de género. Donde quiera que usted mire, va a enfocar la realidad con ojos distintos".

Creo que no hay una frase, como esa de "ponerse los lentes de género", que resuma de mejor forma lo que una empieza a experimentar cuando aborda la realidad y, empieza a notar que lo que parecía "normal" obedece a una construcción social que ha permeado todas las etapas y esferas de nuestras vidas.

Para mí, "ponerme los lentes de género", que es muy distinto a llevar gafas, como las que uso para ver, ha significado una aproximación a diferentes realidades, situaciones, hechos, desde una perspectiva distinta. Incluso me ha permitido visualizar algunas cositas que el imaginario social y cultural ha posicionado en nuestras mentes y que, de primera vista parecerían que no tienen ningún tipo de importancia.

Fue así como en días pasados me disponía a llenar una ficha de inscripción para mi hijo Lucas en una actividad para este verano. En principio, las cosas van bien. Nombre, apellidos, edad, fecha de nacimiento, colegio al que asiste, grado. Segundo bloque de información. Nombre del padre, teléfono de oficina, teléfono celular, email. Nombre de la madre, teléfono de la casa, teléfono de la oficina, teléfono celular, email.

Dos cosas de la cultura patriarcal se muestran en lo que les he transcrito hace unos momentos. ¿Lo notó?  Necesita repasarlo nuevamente. A simple vista pareciera que no existe nada en el ordenamiento de la información solicitada. Sin embargo, cuando una mira con los lentes de género, se da cuenta de la construcción social que existe en la misma. La información sobre el padre es la primera que se solicita en el segundo bloque, sin embargo, es en la parte dedicada a la madre que se solicita el número de la casa. Social y culturalmente hablando, hemos aprendido que la responsabilidad del cuidado de hijas e hijos recae sobre la madre. Por tanto, es normal que pensemos que es una información que se solicite a ella.

Lo segundo está relacionado con la jerarquía en el hogar. Si la construcción social no tuviera sesgos patriarcales y, asumieramos que es cierto que la madre es la responsable por el cuidado de sus hijas e hijos, no se debería solicitar primero la información de la madre cuando es a un@ de ell@s que se está inscribiendo. Como diría otro amigo, profesor de economía, para decir que predomina la lógica: "claro, elemental, se cae de la mata". Sin embargo, la cultura patriarcal en la que hemos sido socializadas y socializados no nos permite que la ley de la gravedad funcione tan fácilmente y, algo que debería ordenarse, "caerse de la mata" por su propio peso, responde a una cultura androcéntrica milenaria.

Le invito a tratar de pasearse por la vida con estos lentes de género. A diferencia de las gafas, una vez puestos, no existe forma de que te los puedas quitar.

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